Ansiedad por ir a casa de mis padres

Salir de un hogar tóxico

A principios de año, me hice con un pequeño planificador, optimista de que otro año pandémico no caería en la mierda absoluta. En la portada, una mujer morena de dibujos animados con gafas de sol representaba mi yo aspiracional y más excepcional, y para finales de 2021, yo sería ella. Ordené mis planes para los próximos meses en cajas ordenadas, manejables y llenas de manifestaciones, y al principio, eso calmó mi ansiedad. No importaba en el presente si no era quien quería ser. En esta fecha, desempataría mi edad adulta y me convertiría en alguien nuevo. Es decir, me mudaría de la casa de mis padres y me mudaría a mi propia casa.

Luego pasó el resto de 2021, y muchos de esos planes no se cumplieron. Aunque progresé nominalmente en mis objetivos -finalmente terminé la tesis y encontré un trabajo, y luego otro-, mis primeras expectativas me mantenían hiperfijada en lo que no había hecho. Mis amigos se mudaron, volvieron a sus propios lugares, mientras yo dormía en mi habitación de la infancia y acataba el toque de queda de mi madre. Me decía a mí misma que era algo temporal y que me iría cuando estuviera preparada, pero a veces me preocupaba si era también el miedo y el estancamiento lo que me mantenía aquí. La bloguera nocturna de The Cut, Olivia Truffaut-Wong, lo entiende: ella también pasó el último año con sus padres. Hablamos de la ansiedad de vivir en casa durante la pandemia y de la sensación de tener la vida en pausa.

Miedo a mudarse

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG). El TAG hace que los niños se preocupen casi todos los días, y por muchas cosas. Los niños con TAG se preocupan por cosas que a la mayoría de los niños les preocupan, como los deberes, los exámenes o cometer errores.

Pero con el TAG, los niños se preocupan más, y más a menudo, por estas cosas. Los niños con TAG también se preocupan por cosas que los padres no esperan que les preocupen. Por ejemplo, pueden preocuparse por el recreo, la hora de la comida, las fiestas de cumpleaños, el juego con los amigos o el viaje en el autobús escolar. Los niños con TAG también pueden preocuparse por la guerra, el tiempo o el futuro. O por los seres queridos, la seguridad, la enfermedad o las lesiones.

El TAG puede dificultar la concentración de los niños en la escuela. Porque con el TAG, casi siempre hay una preocupación en la mente del niño. El TAG dificulta que los niños se relajen y se diviertan, que coman bien o que se duerman por la noche. Pueden faltar muchos días a la escuela porque la preocupación los hace sentir enfermos, temerosos o cansados.

Algunos niños con TAG se guardan sus preocupaciones para sí mismos. Otros hablan de sus preocupaciones con sus padres o profesores. Pueden preguntar una y otra vez si algo que les preocupa va a ocurrir. Pero es difícil que se sientan bien, independientemente de lo que digan sus padres.

Reddit tiene miedo de mudarse

En esta serie de artículos, nuestros colaboradores comparten sus experiencias al pasar las vacaciones en el extranjero, consejos para combatir la nostalgia durante las fiestas y sus reflexiones sobre su época favorita del año.

Se acercan las vacaciones de Navidad y empezamos a planificar nuestra vuelta a casa. Compramos regalos, nos sentimos cada vez más emocionados y posiblemente un poco nerviosos. Todos volvemos de vez en cuando. Sea cual sea la razón por la que nos fuimos de casa y sea cual sea el tiempo transcurrido, nos ocurre que volvemos para las reuniones familiares o simplemente para pasar un fin de semana.

¿Recuerdas haberte sentado en una comida familiar y sentirte de repente con ocho años? Para un niño, no querer comer su ensalada puede plantear un conflicto interno entre querer complacer a los adultos y ser un “buen chico/a” y, al mismo tiempo, odiar de verdad la ensalada. Para un adulto, sin embargo, no. Pero, mirando nuestro plato preparado por nuestra madre, nos sentimos exactamente como si tuviéramos ocho años.

La casa de los padres ofrece un montón de potentes desencadenantes. Los viejos sentimientos vuelven en un extraño grupo de fantasmas, alimentando nuestras pesadillas. Dormimos en nuestra antigua habitación llena de objetos conocidos, y nos topamos con viejos conocidos o amigos de la familia. A veces, volver a casa de nuestros padres nos hace sentir exactamente como “debería”: cálidos, protegidos, amados. Pero, ¿y si no es así y, en cambio, este viejo escenario nos hace sentir tristes, enfadados o incluso deprimidos?

Mi familia me deprime

Oír o experimentar que tus padres siempre se pelean en casa es una situación realmente horrible. Es normal sentirse triste, preocupado, estresado e incluso enfadado. Aunque hay un montón de cosas que no puedes controlar en la situación, hay algunas cosas que puedes hacer para ayudarte a sobrellevarla y sentirte un poco mejor.

Cuando tus padres se pelean, esto puede hacer que te sientas molesto, enfadado, ansioso, decaído, irritable o estresado. Si puedes, vete a otra habitación o a un lugar donde te sientas seguro. Puedes escuchar música o jugar a un juego con los auriculares puestos para no oír las peleas.

Cuando estás pasando por algo como que tus padres se peleen constantemente, cuidar de ti mismo es muy importante. Si das prioridad a lo que te hace sentir bien en el día a día, serás más resistente y te sentirás mejor preparado para afrontar esos momentos de “Ah, mierda, ya están otra vez” que no son tan buenos.

Ten un plan para hacer cosas que te gusten cada día. Piensa en cuáles puedes hacer fácilmente para distraerte cuando tus padres se peleen. Por ejemplo, puedes ponerte los auriculares y escuchar música o jugar a un juego, leer un libro, enviar un mensaje a un amigo o hacer algún dibujo. Estas actividades son discretas y no te llamarán la atención. Si puedes salir de casa, puedes sacar al perro a pasear o quedar con un amigo.