Desarrollo de la flexibilidad y sus alteraciones en autismo
Flexibilidad cognitiva autismo
El autismo se define por déficits persistentes en la comunicación social y la interacción social en múltiples contextos, así como por patrones de comportamiento restringidos y repetitivos. También se han reportado dificultades en la activación dinámica y la modificación de los procesos cognitivos en respuesta a los cambios en las demandas de las tareas. Se cree que estas dificultades se deben a una cognición poco flexible. Esta investigación tenía como objetivo evaluar e intervenir en la flexibilidad cognitiva en sujetos con autismo.
Diez sujetos diagnosticados de autismo por psiquiatras, con edades comprendidas entre los 5 y los 13 años y 5 meses, fueron evaluados en inteligencia no verbal mediante las Matrices Progresivas de Raven en el pretest. También fueron evaluados en flexibilidad cognitiva a través del Wisconsin Card Sorting Test (WCST) y en patrones de interacciones sociales, comportamientos y comunicación a través de la Autism Diagnostic Interview-Revised (ADI-R). Se estableció un programa de intervención de 14 a 21 sesiones para mejorar la flexibilidad cognitiva. En el postest, se les evaluó en WCST y ADI-R.
Intervenciones en la rigidez del comportamiento
ResumenLos niños con trastornos del espectro autista (TEA) muestran déficits de flexibilidad cognitiva a diario, pero los datos de laboratorio son poco convincentes. El presente estudio tiene como objetivo salvar esta brecha. Treinta y un niños con TEA (8-12 años) y 31 niños de desarrollo típico emparejados por edad y coeficiente intelectual realizaron una tarea de cambio de emociones de género. Los cambios no anunciados y los estímulos complejos (caras emocionales) mejoraron la validez ecológica; la carga mínima de memoria de trabajo evitó el sesgo en los resultados. El rendimiento general no difirió entre los grupos, pero en una parte del grupo con TEA el rendimiento fue lento e inexacto. Además, dentro del grupo de TEA, el cambio de los ensayos de emoción a los de género fue más lento que a la inversa. Los niños con TEA no muestran dificultades en una tarea de cambio ecológicamente válida, pero tienen dificultades para desengancharse de un conjunto de tareas emocionales.
Dentro del grupo de TEA, la correlación de la escala de comportamiento repetitivo del ADI-R con los costes de cambio en la tasa de errores de omisión fue marginalmente significativa, r = 0,34 p = 0,06 (ver Tabla 3). La escala de comportamiento estereotipado del CSBQ se correlacionó significativamente con los costes de cambio en las tasas de error de omisión, r = 0,44 p < 0,05, pero ninguna de las otras correlaciones fue significativa (véase la Tabla 3 para más detalles).Tabla 3 correlación dentro del grupo TEA (r)Tabla completa
Reducción de la flexibilidad conductual en los trastornos del espectro autista
Post invitado por Sean Healy, autor de un nuevo meta-análisis de investigación sobre los beneficios del ejercicio para los jóvenes con autismo. El Dr. Healy es profesor adjunto del Departamento de Salud Conductual y Nutrición de la Universidad de Delaware. Realiza investigaciones sobre la actividad física adaptada a las necesidades de grupos especiales.
La frase “el ejercicio es medicina” es un estribillo común entre los expertos en fitness y los profesionales de la salud. Una gran cantidad de investigaciones dan crédito a este tópico. Y ahora, gracias a un número creciente de estudios con jóvenes con autismo, podemos afirmar con seguridad que la actividad física les proporciona una amplia gama de beneficios.
Jasper, un surfista de nuestro campamento de verano “Surfing on the Spectrum”, coge una ola. Hace poco publiqué los resultados del meta-análisis de mi equipo sobre 29 estudios que analizaban los beneficios del ejercicio entre más de mil jóvenes del espectro autista. En un meta-análisis, combinamos los resultados de múltiples estudios para obtener una imagen más profunda y fiable del efecto potencial de una intervención.
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IntroducciónEl comportamiento flexible es una parte fundamental de la vida cotidiana. Requiere aprender de la retroalimentación para guiar las decisiones y adaptar las respuestas cuando la retroalimentación cambia. Estos procesos cognitivos están implicados en una serie de trastornos del neurodesarrollo y neuropsiquiátricos, entre ellos el trastorno del espectro autista (TEA; [1]), así como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y la ansiedad, ambos frecuentemente coexistentes en el TEA [2-5]. En particular, se sugiere que la reducción de la conducta flexible apuntala las características principales de las conductas restringidas y repetitivas (RRB) en el TEA, como la insistencia en la uniformidad. Sin embargo, las pruebas actuales no son concluyentes y los mecanismos por los que surgen estas alteraciones siguen sin estar claros [6, 7]. Los estudios de individuos neurotípicos muestran que los procesos cognitivos que subyacen a la conducta flexible y al aprendizaje por refuerzo cambian a lo largo de la infancia y la adolescencia hasta la edad adulta [8, 9]. Por lo tanto, es probable que un enfoque del desarrollo dentro del TEA que caracterice los procesos de aprendizaje de los componentes nos acerque a la comprensión de los mecanismos de la conducta (in)flexible y a la identificación de objetivos terapéuticos.
