Vuelta a la calma ejemplos relajacion

Cómo relajarse

La calma es el estado mental de tranquilidad libre de agitación, excitación o perturbación[1]. También se refiere a estar en un estado de serenidad, tranquilidad o paz[2] La calma puede producirse más fácilmente para la persona media durante un estado de relajación, pero también puede encontrarse durante estados mucho más alerta y conscientes[3] Algunas personas descubren que centrar la mente en algo externo, como el estudio, o incluso interno, como la respiración, puede ser en sí mismo muy calmante.

La calma de los padres (meciéndolos, sosteniéndolos, etc.) en la infancia sienta las bases de la capacidad de autocalmarse[4]. A partir de entonces, los objetos transitorios pueden ayudar a mantener la calma[5], mientras que las mascotas, como objetos propios, también promueven la calma[6].

La calma es una cualidad que puede cultivarse y aumentarse con la práctica,[7] o desarrollarse a través de la psicoterapia.[8] Por lo general, se necesita una mente entrenada para mantener la calma ante una gran cantidad de estímulos diferentes y posibles distracciones, especialmente emocionales. Las emociones negativas son el mayor desafío para quien intenta cultivar una mente tranquila. Algunas disciplinas que promueven y desarrollan la calma son la oración, el yoga, el tai chi, las artes marciales, las artes teatrales, la jardinería,[9] el entrenamiento de la relajación, el entrenamiento de la respiración y la meditación. Jon Kabat-Zinn afirma que “la concentración es la piedra angular de la práctica de la atención plena. Tu atención plena sólo será tan sólida como la capacidad de tu mente para estar en calma y estable. Sin calma, el espejo de la atención plena tendrá una superficie agitada y entrecortada y no podrá reflejar las cosas con ninguna precisión”[10].

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Técnicas de relajación para la ansiedad

En la sociedad actual, orientada al rendimiento, el tema de la relajación suele tener un papel secundario. Sin embargo, el cuerpo y la mente necesitan períodos de descanso regulares para mantenerse sanos y productivos a largo plazo. Cualquiera que esté constantemente bajo tensión se quedará tarde o temprano sin energía.

El objetivo es frenar internamente. A muchas personas no les resulta fácil al principio. Sin embargo, con la ayuda de algunos trucos y ejercicios, se puede conseguir recuperar el equilibrio interior. La relajación se puede aprender. En el siguiente artículo te mostramos cómo funciona.

En primer lugar, definamos el término relajación: La relajación significa una desconexión del sistema nervioso autónomo. Siempre que se está bajo estrés, éste se activa. En cuanto te relajas, el ritmo cardíaco y la presión arterial disminuyen. Los músculos se relajan y la respiración se ralentiza. Debido a la desaceleración física, la psique también descansa.

Las técnicas de relajación pretenden provocar precisamente este estado físico. La relajación también puede significar la ausencia de estímulos externos. Si uno se va de vacaciones, por ejemplo, y escapa así de las preocupaciones de la vida cotidiana, está relajado. Por supuesto, esto sólo es así si se puede desconectar internamente.

Técnicas de relajación en psicología

Esta es una cita tan inspiradora y a la vez tan sencilla. A veces, estamos tan inmersos en nuestro ajetreado estilo de vida, con plazos que cumplir y presiones de la vida laboral, que nos olvidamos de relajarnos. Sin embargo, relajarse durante sólo 5 minutos periódicamente, alejándose de lo que está causando que nuestros niveles de estrés aumenten, puede darnos la energía que necesitamos para abordar nuestra carga de trabajo o el problema al que nos enfrentamos.

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¡El estrés no es del todo malo! Una cierta cantidad de estrés es necesaria para hacer frente a situaciones difíciles en nuestra vida cotidiana. Se producen cambios físicos en nuestro cuerpo que nos permiten actuar y que se desvanecen rápidamente una vez que el problema encontrado ha desaparecido. Sin embargo, si nos mantenemos en un estado de estrés elevado durante demasiado tiempo, puede ser perjudicial para nuestra salud.

Síntomas físicos como los dolores de cabeza, la tensión en el cuello y los hombros, los mareos, la fatiga y la falta de sueño pueden ser el resultado de una sobrecarga de estrés. El estrés también puede afectar a nuestro estado mental, ya que eleva los niveles de cortisol, una hormona que afecta al funcionamiento del cerebro. Esto puede dar lugar a preocupaciones, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones y pensamientos incontrolables. Y para añadir a la lista, los síntomas emocionales pueden presentarse como irritabilidad, sensación de agobio, ansiedad, baja autoestima y depresión. Una persona en un estado elevado de estrés puede tener un comportamiento agresivo o defensivo, evitar situaciones, comunicarse mal, beber demasiado alcohol y fumar. También puede exacerbar los trastornos del estado de ánimo.

Relajación física

El estrés es una parte normal de la vida moderna, pero si te enfrentas a menudo a situaciones estresantes y te sientes en pánico o abrumado al tratar de resolverlas, puedes beneficiarte de aprender algunas estrategias de afrontamiento que pueden ayudarte a mantener la calma.

La presión puede poner al cuerpo en modo “lucha o huida”, una táctica evolutiva que libera hormonas diseñadas para prepararte para luchar o huir del peligro. En los tiempos modernos, el estrés desencadena estas hormonas, pero no son tan útiles cuando el “peligro” proviene de hacer una presentación en el trabajo y no de enfrentarse a un animal salvaje. Si con frecuencia te sientes ansioso o en pánico, es probable que tu modo de lucha o huida se active con demasiada facilidad y es útil aprender a calmarte cuando entras en este estado.

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Respirar profunda y lentamente hace que el cuerpo deje de liberar hormonas del estrés y comience a relajarse. Concentrarse en la respiración también puede ayudar a distraer la mente de cualquier cosa que te moleste para que te centres sólo en lo que está ocurriendo en ese momento.

Italo Esquivel Elizondo

Mi nombre es Italo Esquivel Elizondo y soy entrenador de boxeo. Siempre me han gustado los deportes de impacto, desde el kárate hasta deportes colectivos como el balonmano. He ido probando diferentes tipos de deporte, y de todos ellos, decidí quedarme con el boxeo.

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